¿Qué es EGEO?

Un lugar y un no lugar.

Comenzó siendo un juego de palabras: Estrategias para la Gestión Educativa y Organizacional.

Ahora es un mar intensamente azul donde las ideas se deslizan, suaves.

domingo, 8 de marzo de 2009

Enseñar y Aprender a Distancia

Un poco de historia
La modalidad de enseñanza y de aprendizaje a distancia posee características distintivas y, en esta peculiaridad, radica su potencial y sus dificultades.
La educación a distancia se identifica por la separación física de los participantes, la asincronía de las actividades, los procesos de comunicación e interactividad en forma mediada que permiten establecer una dialéctica donde presencia y ausencia son palabras que cobrarán nuevos sentidos.
Estas particularidades dadas en el tiempo, el espacio, las propuestas de intervención docente y las actividades de aprendizaje de alumnos, posibilitan que los programas, cursos, proyectos de formación, cualquiera sea su nivel, tengan la posibilidad de un alcance, accesibilidad y cobertura mayores.
En los procesos de Educación a Distancia adquieren importancia, las representaciones percepciones, intuiciones y visualizaciones de los participantes en los cursos, sus trayectos formativos previos, sus hábitos de estudio y trabajo intelectual, sus motivaciones, su grado de alfabetización tecnológica, sus deseos y necesidades de aprender, etc. Si nos remontamos a la historia de la Educación a Distancia podemos referir numerosos ejemplos donde esta modalidad se caracterizó por un fuerte compromiso social. Podemos pensar, por ejemplo, en el Centre National d´Enseignement à Distance (CNED) en Francia, vinculado en sus inicios a la educación de los niños en situación de vulnerabilidad después de la posguerra.
Como en toda propuesta educativa, la Educación a Distancia, de los más diversos niveles, tanto en la educación formal como no formal cobra sentido y relevancia al cubrir una necesidad de formación, confiriéndole pertinencia y relevancia social. El paso en educación, del moldeado del sujeto a la modulación, permite asumir un adulto con historia y formas previas desde donde trabajar y construir, permitiendo la adquisición de nuevas ideas, conceptos y experiencias sin deshacer las anteriores. La idea de la democratización de la enseñanza y de la llegada a nuevos destinatarios ha sido fundante en la modalidad. Es una modalidad que conlleva la idea de la educación como posibilidad para la inclusión, la ampliación de horizontes personales y sociales y no solamente para el aprovechamiento tecnológico o el abaratamiento de la educación pública. Desde algunas miradas de nuestro contexto latinoamericano se sostiene que la educación a distancia se legitimará socialmente cuando pueda atender la demanda de educación de sectores excluidos o marginados (Gómez, M. 2001) y, agregamos, cuando estos sectores puedan participar activamente, tomando la palabra.
Incluir, considerando nuevos modos y escenarios por donde circule el conocimiento, se convierte así en una nueva realidad, en una nueva posibilidad, en un nuevo desafío, que ya “no se puede leer desde el tradicional binomio inclusión-exclusión, donde había una acción posible sobre la condición del excluido, sino que se muestra violentamente a través de la emergencia de los expulsados. Los invisibles –los sin lugar- no habitan el ciberespacio de la Sociedad de la Información y el Conocimiento” ( San Martín, P. 2006)
La problemática de la exclusión, se hace cada vez más evidente en la Formación Básica y Media para Adultos, en cualquiera de sus modalidades pero, especialmente, en la Educación a Distancia que se encuentra privilegiando sus desarrollos a través de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, profundizando -de este modo- la acumulación de oportunidades educativas para unos pocos y el adelgazamiento de recorridos formativos para una gran mayoría. Julio Cabero, docente de la Universidad de Sevilla, afirma que la tecnología educativa, y podríamos hacer extensiva esta afirmación a la Educación a Distancia, se presenta como una disciplina viva, polisémica y contradictoria, debido tanto a su evolución como a los diversos significados que ha adquirido y, sobre todo, a la incorporación de las diversas tecnologías audiovisuales e informáticas al ámbito educativo. La tecnología es parte viva de la sociedad y ambos elementos se nutren, inventan y reinventan a sí mismos en una espiral interminable. Pero esas tecnologías que tanto aportan, renuevan y abren nuevos caminos, y resultan transparentes y amigables para muchos, para otros constituyen un obstáculo más a sortear.
El acceso a las nuevas tecnologías no es simplemente una cuestión de "alfabetización digital" voluntaria y consciente, es más un acontecimiento social, cultural y político. "La expulsión es un tipo de realidad en la cual un término no queda incluido ni siquiera en los márgenes de una sociedad (...) Y los excluidos actuales no son desplazados hacia los márgenes. La pertenencia a la red parece carecer de márgenes; hay sólo adentro y afuera. Los expulsados están entre nosotros; pero en un mundo diferente del pequeño mundo virtual" (Lewkowicz: 2004, 79-80)


¿Educación a distancia o educación virtual?
Antes de avanzar debemos definir el sentido de nuestras palabras. Indescifrable y polisémico, el lenguaje nos puede conducir por rumbos mágicos, abrir puertas y volver lo obvio en algo curioso. Sin embargo, en este caso se hace necesaria una pequeña aclaración, fundamental para la comprensión de lo que sigue. Llamaremos "educación virtual" a la e-educación o educación a distancia mediada por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTCI) y , "educación a distancia" a todo el cúmulo de prácticas que no incluyen, o no incorporan de manera única aquellas tecnologías.
Es cierto que vivimos en una sociedad que se encuentra incorporando rápidamente las nuevas tecnologías. Sin embargo, tan rápida como invisible, esta incorporación será diferente en los distintos países (centrales o periféricos) y dentro de cada país.
Uno de los bienes más preciados son las capacidades de las personas para adquirir, crear, distribuir y aplicar creativa, responsable y críticamente los conocimientos, en un contexto donde el veloz ritmo de la innovación científica y tecnológica los hace rápidamente obsoletos Las nuevas tecnologías han revolucionado la economía, la política, la noción del tiempo y los sistemas de comunicación; como así también han cambiado las formas de acceso, utilización y difusión de la información. Sin embargo, y a pesar de todos los indiscutibles beneficios, avances y reflexiones que se puedan hacer entorno a ellas, funcionan como una lupa amplificadora de las brechas sociales, económicas, culturales y generacionales. La educación es una importante representación de la cultura, no simplemente una preparación para la vida. La tarea de enseñar, en la sociedad del conocimiento, implica trabajar promoviendo nuevas destrezas como: aprender a resolver problemas de forma autónoma, ser creativos, poseer iniciativa, saber trabajar en equipo y en redes y, finalmente, aprender de manera permanente.
De allí que sea necesario considerar alternativas y propuestas de desarrollo de esta modalidad que no sólo incorporen mediadores informático-tecnológicos, aún cuando es obvio que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ciertamente posibilitan un gran impulso y generan espacios de interacción a través de la inclusión de plataformas de teleformación, foros, listas de distribución electrónica, y demás experiencias de intercambio y comunicación, que optimizan los procesos de enseñanza, aprendizaje y trabajo colaborativo a distancia. Estamos atravesando un proceso de revisión del alcance y fines de la educación a distancia, y no meramente intentando encontrar modos más rápidos o económicos de hacer lo mismo. Tal como señala Perkins, en la era del CD y del video, la educación sigue apegada a sus prácticas tradicionales. Es en este sentido que podemos afirmar que la tecnología más moderna no nos asegura la calidad de la propuesta. La calidad está referida a los contenidos que allí se desarrollan y las actividades en tanto generen buen aprendizaje y no al soporte material por el que se vehiculiza.
La digitalización del conocimiento ha creado nuevas formas de alfabetización que no podemos dejar de lado y la yuxtaposición entre educación a distancia y educación virtual, como si ambas fueran una sola, no sólo forma parte sustancial de los textos del área sino del imaginario social. Una triste confusión que vela, en su insistencia, la matriz de poder que manifiesta.
Es interesante, tal como señala Dussel ,repensar ciertas conceptualizaciones: “Hablar de nuevas alfabetizaciones, alfabetizaciones múltiples o alfabetizaciones emergentes, requiere discutir también si vale la pena referirse a esos nuevos saberes en los mismos términos que las alfabetizaciones clásicas”
En este sentido, tal como afirma Burbules (2006), las nuevas tecnologías se han convertido en un problema educativo. Desde este punto de vista, las NTIC y en particular el uso de Internet, son la innovación más promisoria desde la invención del libro, sin embargo, la familiaridad de las prácticas vuelve invisible las tecnologías y olvida que su empleo implica elecciones deliberadas, no neutras, que reflejan valores. La educación presencial como la educación a distancia, ya no pueden elegir que estas tecnologías sean o no relevantes, sin embargo será esencial saber cómo, quién y con qué fines se las usa. La apropiación tecnológica implica un gran abanico de elecciones, por eso en necesario realizar un ejercicio reflexivo donde podamos distinguir el verdadero sentido educativo del uso de las tecnologías, donde podamos, a la vez, reconocer y revisar el valor pedagógico de su uso y analizar qué formas están adoptando las NTIC en su relación con la construcción de conocimiento y su aplicación en entornos virtuales. Conocimiento al alcance de todos, distribuido de tal manera que garantice igualdad de oportunidades, con el necesario reconocimiento y la previsión de acciones que contemplen las desigualdades de origen.
Los Entornos Virtuales de enseñanza, resultado de la utilización de las nuevas tecnologías, cuentan con un grupo de herramientas que apoyan el trabajo y presentan diferentes ambientes y crean nuevas sub-formas de escritura (hipertextual, por ejemplo). La utilización de los ambientes virtuales nos proporciona un grupo de posibilidades que, bien empleadas, nos ofrecerá un resultado altamente provechoso. Saber aprovechar tales recursos implica asumir una responsabilidad y compromiso con una educación de calidad que no deje afuera a los excluidos de siempre. Cabe aquí, una disquisición: la preocupación por ampliar el acceso procede de un sentimiento igualitario, relacionado con los valores de la democracia participativa pero, también –y no es un detalle menor- deriva de intereses económicos.
Sin lugar a duda, debemos profundizar en la reflexión y el análisis de la integración de las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza. Para qué, cómo y dónde son preguntas claves. Sin embargo no deberíamos confundir el uso de las tecnologías como un medio con arreglo a fines. Nunca en la historia de la educación ésta se ha visto tan presionada con la incorporación de diferentes tecnologías de la información y comunicación, en todas las modalidades En este sentido, tenemos la obligación de incorporar el nuevo contexto tecnológico pero de manera crítica y genuina.
La educación a Distancia no es Educación virtual, ni viceversa. Confundirlas, hablar de ellas de manera intercambiable, indistinta, implica profundizar distancias, fragmentaciones y exclusiones. La Educación a Distancia Virtual es sólo una de las tantas formas que puede asumir la modalidad.
Si, tal como señala Castells, la “Internet no es solamente ni principalmente una tecnología, sino que es una producción cultural.” . Entonces es nuestra responsabilidad plantear la discusión sobre las posibilidades que nos ofrecen los recursos comunicativos de las plataformas virtuales sin olvidar que se encuentran inscriptos en el marco de una alta la fragmentación social y cultural, fomentando –en muchos caso- desigualdades, disparidad y una nueva concentración del conocimiento.