¿Qué es EGEO?

Un lugar y un no lugar.

Comenzó siendo un juego de palabras: Estrategias para la Gestión Educativa y Organizacional.

Ahora es un mar intensamente azul donde las ideas se deslizan, suaves.

martes, 9 de diciembre de 2008

Reflexiones sobre el facebook

El facebook en un espacio en la web donde las personas se ponen en contacto con más personas, que se ponen en contacto con más personas, formando una red de personas conocidas o no pero que pueden saber todo aquello que quieras publicar acerca de tu vida, tus pensamientos, tus ilusiones, tus fantasías, tus fotos. En fin, lo que quieras decir a tus amigos, lo que quieras que se enteren, en el lenguaje que se te ocurra (fotos, videos, palabras, música), todos los sentidos pueden estar alerta. Pero una, una de las opciones es la que me desvela.

El facebook tiene una opción que dice “¿qué estás haciendo ahora?” y allí la idea es que comuniques a toda tu comunidad de amigos virtuales (que muy probablemente coincidan con tus amigos o conocidos de “carne y hueso”) lo que estás haciendo en ese mismo instante. Y en ese territorio de la palabra ocurren cosas maravillosas, que no podrían pasar en una situación “cara a cara”, que serían una aporía, una falta de respeto, una contradicción..

A la pregunta qué estás haciendo ahora, hay respuestas de lo más variadas: “en la pileta fumando un cigarrillo”, “pensando”, “en el subte, leyendo”, “escuchando un blues”. Algunos enunciados son perfectamente compatibles con la noción de tiempo y espacio que tenemos internalizada: estoy escuchando música mientras estoy escribiendo en el facebook, es algo que tiene lógica. Sin embargo, estoy en el subte leyendo cien años de soledad, mientras escribo en el facebook, nos plantea una contradicción en las nociones de tiempo y espacio tal como las conocemos.

Estoy totalmente interesada en esa línea de interacción, en esas afirmaciones que rompen con el control y con el disciplinamiento, que ponen el cuerpo en un lugar incierto y que, por supuesto, parecen más expresiones de deseo, que actos de la realidad.

Cómo si todo acto de la realidad no fuese, en verdad, una expresión de deseos…

Miriam

jueves, 18 de septiembre de 2008

Neurociencia y Educación

Les recomiendo este Link, es muy interesante!!

Milena Winograd, doctora en Neurociencias, y Sebastián Lipina, investigador de la Unidad de Neurobiología Aplicada del Cemic-Conicet, nos cuentan sobre un proyecto para chicos que llevarán a cabo, (junto a Mariano Sigman, director del grupo) en escuelas de todo el país y cuyo objetivo es acercar los conocimientos neurobiológicos del aprendizaje al ámbito educativo

http://portal.educ.ar/noticias/entrevistas/milena-winograd-y-sebastian-li-1.php

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Por qué no aparece el Post?

Como por arte de magia, de nuevo la magia...

Me pregunto por qué esta noche, en la que intento publicar mi post obligatorio insiste en desaparecer.

Está, como lo reprimido en el inconciente, pero por más que intente que se muestre "espontáneamente" se resiste...

Un analista para mi post, por favor!!!

La difícil tarea de ampliar nuestra inteligencia

Post 2- Módulo EATIC

Trabajo realizado sobre la lectura del texto: “Coparticipando en el conocimiento: la ampliación de la inteligencia humana con las tecnologías inteligentes” de Salomon, Perkins y Globerson

Breve
En este texto los autores distinguen entre efectos con la tecnología y efectos de la tecnología y se preguntan acerca de la posibilidad de las máquinas de hacer más inteligentes a las personas, incluyendo conceptos tan interesantes como residuo cognitivo, tecnología inteligente y cognición distribuida.

El debate necesario
La mente cuenta con múltiples medios y herramientas para adquirir nuevos conocimientos, ponerlos en práctica y llevar a cabo acciones innovadoras. Sin embargo ya no caben dudas de la implicancia intelectual y social que tiene, en el siglo XXI, el uso sistemático de las computadoras o diversos instrumentos tecnológicos. La tecnología en sí, deviene en el centro de nuestros intereses, atención y curiosidad. El problema radica, tal vez, en la relativamente escasa importancia que se le da como motor de cambios en nuestra forma de pensar, sentir o vincularnos de modo inteligente con nuestro entorno.
Tal como señalan Salomon, Perkins y Globerson [1] utilizar una computadora o un instrumento tecnológico supone mucho más que una asociación entre nuestra inteligencia y la herramienta externa. En este sentido voy a retomar, de modo intencional, una serie de preguntas que se hacen los autores mencionados.
¿Es posible que en virtud de su uso cada vez más extendido en educación y en la vida cotidiana, las computadoras y las tecnologías puedan hacer más inteligentes a las personas? ¿Influyen en el rendimiento intelectual y en la capacidad de los estudiantes?
La cuestión del impacto de las tecnologías inteligentes en el razonamiento y en el aprendizaje humano adquiere cada vez mayor interés. La escuela está inmersa en un nuevo contexto y es urgente y necesario abrir un debate sobre las nuevas tecnologías, preguntarse acerca de la manera de conseguir que la asociación estudiante-computadora pueda dar lugar a residuos cognitivos[2] transferibles.
Sin embargo es fundamental subrayar que no hay tecnología alguna de computadora que por sí misma afecte la manera de pensar. Debemos tomar en cuenta, teórica y prácticamente, la totalidad del entorno social y cultural de la enseñanza.

Algunas apostillas
Es necesario, en primer lugar, tomar nota que al referirse a nuevas tecnologías o tecnologías inteligentes los autores aluden a aquellos artefactos o instrumentos que realizan operaciones cognitivas por cuenta del usuario, como por ejemplo una calculadora manual corriente. Como es evidente una calculadora no tiene nada de inteligencia artificial, sin embargo facilita la producción de nuevas cuestiones problemáticas al resolver aspectos operacionales y es una manera de “distribuir inteligencia”
En segundo lugar, se percatan que esta tecnología ‘en sí’ carece de interés. Lo que sí puede afectar el intelecto de los estudiantes, es el tipo de programa que puede emplearse con esta tecnología, así como el tipo de actividad que puede ofrecer.

Los efectos de la Tecnología
Dos perspectivas pueden ser analizadas al momento de evaluar cómo la tecnología modifica y transforma las capacidades humanas: Los efectos obtenidos con la tecnología y de la tecnología.
Los efectos obtenidos con la tecnología, se refieren a los resultados que pueden alcanzarse a partir del trabajo cooperativo entre la persona y la máquina, como por ejemplo, al operar una planilla de cálculos, un ábaco o un procesador de textos; que influye en lo que hacen los estudiantes, en la calidad de lo que hacen, y en cuando lo hacen. La tecnología y el ser humano pueden conformar una pareja que se inscribe en la concepción de la cognición distribuida más allá del propio organismo físico, prolongándose en otras personas, en medios simbólicos y en los artefactos.
Los efectos de la tecnología, suponen un residuo cognitivo transferible a otros contextos en los que la tecnología en cuestión ya no estuviera presente.
Los autores nos proponen un interesante ejemplo: “La diferencia entre los dos tipos de efectos se ve reflejado en el caso de un experto operador de un ábaco. Por un lado, la persona demuestra una mayor habilidad aritmética mientras trabaja con el ábaco –(el efecto CON el ábaco)–. Luego es posible que demuestre una mayor capacidad matemática cuando hace sus cálculos sin el ábaco, una consecuencia de la interiorización de los procedimientos facilitados inicialmente por el ábaco –(el efecto DE la herramienta)”
En otra línea de análisis las tecnologías pueden dividirse en dos grupos, según el uso que se hace de ellas: hay máquinas que trabajas para nosotros, como un reloj, o el motor de un auto y hay herramientas con las que nosotros trabajamos como el lápiz, el procesador de textos. Este último tipo de tecnología nos facilita un tipo de asociación intelectual en la que los resultados dependen mucho del esfuerzo conjunto, la herramienta asume, en este caso, una parte de la carga intelectual del tratamiento de la información.
Instrumentos cognitivos o Tecnologías de la mente, las computadoras y otras herramientas tecnológicas nos brindan una colaboración intelectual ya que potencialmente, permiten al estudiante funcionar a un nivel que trasciende las limitaciones de su sistema cognitivo.
Trabajar con la computadora adecuada sirve para mucho más que permitir al principiante o al experto hacer la misma cosa pero con más rapidez y menos esfuerzo. La existencia de tales sistemas podría significar una nueva definición y una nueva estructuración de la tarea de aprender o de operar, de la misma manera que el lápiz ha significado una restructuración cualitativa del acto de memorizar.
La obra de una persona en colaboración con la tecnología podría ser mucho más “inteligente” que la obra de la persona a solas.

Las cuestiones pendientes
Aparecen, entonces, nuevas pregunta: ¿necesariamente estos artefactos dejan un residuo cognitivo en forma de una mayor capacidad de recordar información, calcular o escribir en su ausencia? ¿Esta asociación significa que los estudiantes sean más inteligentes, mejores comunicadores, y con mejor disposición para aprender? ¿qué significará, en esta nueva dimensión del conocimiento “aprender”?
Creemos que, efectivamente las computadoras y las nuevas tecnologías pueden hacer más inteligentes a las personas. Sin embargo, no es probable que se obtengan grandes ni pequeños beneficios de forma automática con el mero avance de las tecnologías. Será necesario realizar diseños didácticos apropiados tanto de las tecnologías como de las intenciones pedagógicas, teniendo en cuenta los entornos culturales donde se desarrollarán.
Es inocente hablar de los fenómenos de la tecnología como algo natural e inevitable, el desafío es poder construir tecnologías que fomentan la atención consciente y respeten los entornos culturales diversos, ya que sólo en esas circunstancias se fomenta la posibilidad de producir un residuo cognitivo.
Es necesario, en el marco de todas estas transformaciones, reconstruir y repensar el concepto de inteligencia. Sin embargo, para aprovechar al máximo esta oportunidad de reflexionar hace falta la colaboración no sólo entre personas y máquinas sino entre personas expertas en distintos campos, experiencias y modelos mentales… me pregunto si ésto no es, aún, más difícil. La pregunta queda abierta.



[1] Gavriel Salomon, David N. Perkins y Tamar Globerson. “Coparticipando en el conocimiento: la ampliación de la inteligencia humana con las tecnologías inteligentes”. Revista CL&E, 1992
[2] Se entiende por residuo cognitivo a los efectos cognitivos que deja la interacción intelectual con la tecnología. Se basa en el principio de transferencia, cuando puede aplicarse a múltiples situaciones y finalidades de la vida cotidiana, sobre todo cuando el individuo se encuentra solo, en ausencia de la tecnología. También asociados a las transformaciones relativamente duraderas que se observan en las capacidades cognitivas generales.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Un café con GROS

POST 1- Módulo Transformaciones y Desafíos
Reflexiones sobre el texto de de Begoña Gros: “De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que…cambie la escuela.”



Preliminares
Las nuevas tecnologías transforman nuestra forma de vivir y comunicarnos y, por supuesto, los escenarios de enseñanza y aprendizaje. En este marco, y atravesada por esa hipótesis, comencé la lectura del texto de Gros.
Mi interés, en principio, era revisar y reflexionar sobre la relación existente entre la tecnología y su aplicación en entornos educativos tradicionales y qué tipo de cambios requiere la escuela en el marco de dichas transformaciones. Con la lectura del artículo surgieron preguntas y cuestiones ligadas a los ejes de acción que propone la autora, y que desarrollo en cada caso


El primer problema que aparece delineado es la poca integración de las tecnologías en la escuela. La pregunta que formula es: ¿cómo mejorar la educación y el uso de las tecnologías?
El texto ilustra una perspectiva de inclusión de las tecnologías sugiriendo que deben hacerse invisibles para los usuarios, dejar de centrar la mirada en las máquinas para plantearnos un tipo de educación más adecuada y conseguir que haya una verdadera apropiación de la tecnología.
Gros marca tres ejes de reflexión y acción para esta tarea,
- Llegar a una invisibilidad de las tecnologías
- Evaluar las dificultades para alcanzar la apropiación
- No dejar que el sistema educativo se distancie de las necesidades formativas de los niños y adolescentes.

De la Invisibilidad: el riesgo
Si logramos la invisibilidad de las tecnologías tal como propone Gros, ciertas prácticas se naturalizarán para determinados sectores sociales; prácticas que no tienen nada de “naturales” y que conforman una brecha que es –en muchos casos- la extensión de una brecha económica.
Plantear que las tecnologías se hagan lo suficientemente invisibles como el uso de los utensilios en la cultura occidental me parece, por el momento, una aspiración valiosa pero apresurada. Queda mucho por discutir respecto del verdadero sentido educativo del uso de las tecnologías, donde podamos revisar el valor pedagógico de su uso. Debido al vertiginoso desarrollo, las nuevas tecnologías parecen necesitar avanzar de manera irreductible. Sin embargo, en la medida en que se vuelven invisibles y que no captamos el modelos social y cultural en el que se inscriben, se reforzarán algunas cuestiones de desigualdades e inequidades.
Es cierto, tal como señala el texto, que la tecnología educativa ha reabierto el debate sobre las formas más apropiadas de enseñanza y sobre cómo los medios son un soporte para el aprendizaje. Salomon (citado en este texto) señala que en educación no todo lo que es posible, es deseable.
Es en ese sentido que creo que no debemos –al menos por ahora- ocultar, velar o invisibilizar las tecnologías ya que como bien advierte luego, el riesgo es que las tecnologías se incorporen en la educación sin que haya una reflexión y un estudio sobre las repercusiones educativas, sobre las distancias sociales, sobre las cuestiones culturales inherentes a todo proceso educativo.
Algunos estudios muestran que los modos de conocer están más ligados a la cultura en la que se asigna valor a determinados medios, que a su utilización. La incorporación de las Tics debe ser una decisión basada en la intencionalidad pedagógica, en la reflexión, en el criterio docente.

De la Apropiación
Los cambios cognitivos, señala Gros, no son rápidos. La alteración llegará cuando se haya producido una apropiación de la tecnología.
En principio no podría objetarse esa afirmación, sin embargo no queda muy claro a qué se refiere con “apropiación”. El desarrollo de este concepto sería un valor agregado al texto.
Me pregunto si se refiere a incorporar y generar esquemas cognitivos de percepción, valoración y acción o a la capacidad de transferir los conocimientos a nuevas situaciones. O tal vez a ambas, o a ninguna. Me parece que son muchos los supuestos que nos quedan a los lectores.
Lo qué si nos deja claro es que considera que el conocimiento en este siglo es distribuido, que las fuentes y el acceso a la información es más variado, rápido y descentralizado; pero que la escuela sigue siendo el lugar donde el conocimiento se hace sedentario, envejece y se convierte en estático

De las necesidades formativas de los niños y adolescentes.
Si bien no hay una gran profundización sobre cuáles son las necesidades formativas que declara, Gros señala la influencia que tienen los medios de comunicación y las tecnologías en los modos de aprendizaje de los alumnos.
Percibir, aceptar e incorporar esta situación a la práctica pedagógica es fundamental y el docente tiene un papel central. Estos nuevos profesores, los “profesores de la generación digital” deben tener un perfil más cercano a un director de orquesta o guía turístico. Un docente que no sólo distribuye información y conocimiento sino que es capaz de crear y organizar ambientes de aprendizaje, implicando a los alumnos y acompañándolos en sus procesos.
Sin embargo, para llegar a esa situación deseada, los docentes necesitan –a la vez- reconocer las formas que adquiere el impacto tecnológico sobre los campos de conocimiento y, por tanto, ampliar su análisis de los límites y posibilidades de las nuevas herramientas. La presencia de las nuevas tecnologías renueva, a través de procesos muy sutiles, los supuestos culturales de la escuela. Por lo tanto, es importante desentrañar los discursos y las prácticas que rodean la relación de las tecnologías con los docentes y con la escuela.

Algunas Decisiones
La autora, enfatiza la necesidad de un docente con capacidad de liderazgo, diseñador de ambientes de aprendizaje y que pueda reconciliar sus prácticas profesionales individuales con la creación y participación en comunidades virtuales para compartir recursos y conocimientos.
Finalmente, señala algunos aspectos que, desde su punto de vista, son urgentes para tratar pero que, sin embargo, deben tener el espacio para ser pensados de manera que su incorporación sea genuina y apropiada.
1- Los ordenadores en las aulas, no más aulas con ordenadores
2- Un cambio metodológico que permita la apropiación de las tecnologías a través del trabajo colaborativo, la negociación, el trabajo con estudiantes y profesores más allá del propio centro, de la propia aula.
3- Las innovaciones, la apropiación de la tecnología no puede ser responsabilidad de unos pocos profesores
4- Crear, compartir, difundir contenidos, prácticas innovadoras
5- Formación técnica y metodológica formando en criterios de validación de contenidos, métodos para la creación de nuevas informaciones y conocimientos. Se precisa una mayor profundización en métodos didácticos sin confundir con los recursos disponibles para un determinado contenido.
6- Aprovechar el conocimiento de los estudiantes

Las redes tecnológicas, concluye Gros, sólo tienen sentido dentro de las redes sociales, si la escuela sigue siendo un elemento aislado nuca podrá incorporar la tecnología.

El reto actual es que no sólo tienen que aprender los estudiantes sino las escuelas.

domingo, 6 de julio de 2008

Transformaciones y Desafíos de la Educación

La magia y la tecnología

Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación transforman nuestra forma de vivir y comunicarnos y, por supuesto, los escenarios de enseñanza y de aprendizaje. Este fenómeno nos invita a revisar la relación existente entre la tecnología y su aplicación en nuevos entornos educativos y en nuestra vida cotidiana.
Ante la pregunta acerca de qué son las tecnologías aparecen frente a nosotros múltiples voces. Castells dice que por tecnología entiende “exactamente lo que Harvey Brooks y Daniel Bell, ´el uso de un conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas de un modo reproducible´” Sin embargo la respuesta no es unívoca. A modo de oleadas, se cruzan las aspiraciones con los usos, las estrategias con los deseos. En ese espacio aparece la Tecnología como una instancia casi mágica, un Merlín, que no sólo explicaba al pequeño Arturo todas las ciencias conocidas, incluso le enseñaba algunas cosas de las ciencias del futuro y fórmulas asombrosas para resolver todos los problemas.




Una mirada hacia adelante

Es casi una ironía, pero reflexionar sobre el pasado me permite pensar hacia adelante. Un flashback. Algo imposible -¿impensado?- está ocurriendo y la única manera de resolverlo, revisarlo, comprenderlo y luego, hacer algo con eso es ir hacia atrás. Atrás y adelante. Dos tiempos, uno.


El primer viaje me lleva hasta el año 1990. Estoy a punto de recibirme y una de las últimas materias era informática. Recuerdo vagamente un gabinete de computación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, con cuatro computadoras. Una profesora que con gran esmero nos intentaba explicar el lenguaje de programación LOGO. Ninguno de los presentes tenía una PC en la casa. Imaginábamos, eso sí, cómo la tortuguita iba hacia la derecha o la izquierda formando ridículas flores en una pantalla, también imaginaria. Los trabajos y monografías eran plasmados en vistosas hojas escritas a máquina donde cada error de tipeo, si tenías suerte, podías corregirlo con un papelito blanco que borraba las letras erróneas. Un simpático procedimiento que lo único que mostraba era la dificultad para escribir a máquina. El dedo meñique siempre sufriendo.


En esa época era muy fácil desencontrarse en cualquier esquina. Los teléfonos públicos no funcionaban o lo hacía con “cospel”, y andá a conseguir uno a las once de la noche en Mataderos. En casa, no había contestador, ni identificador de llamadas, ni llamada en espera. El teléfono daba ocupado y “discar” era algo que, en verdad, sucedía. Tomaba el colectivo y era el propio conductor quien recibía el dinero, te procuraba el vuelto y el boleto y también sugería que le dieran el asiento a alguna señora embarazada.


Demasiado pronto se hizo 1992. En casa ya hay una computadora, un clon, con sistema operativo DOS y sin mouse. Una extraordinaria impresora de puntos que despertaba a los vecinos con su traca-traca-traca a las inesperadas horas de la escritura. Y un nuevo lenguaje, y la posibilidad de que la huella del pensamiento no sólo quede plasmada sino que pueda guardarse en un diskette 5 ¼ y recuperar la información e imprimir mil veces la última monografía en papel continuo. Pasaba muchas horas frente a la pantalla verde tratando de descubrir los secretos del indescifrable y poco amigable del sistema operativo pero, una vez que -como un oráculo- la respuesta aparecía, todo era más sencillo. Sin embargo, a pesar de todos los avances, “cortar” y “pegar” todavía no eran funciones sino actos con papel, tijera y plasticola, y con esos insumos armaba los materiales de mi trabajo. Seguía, por esas épocas, siendo muy simple desencontrarse. Ahora el contestador lo facilitaba. Un filtro. Y, casi me olvidaba, el primer correo electrónico, ya ni me acuerdo cómo hacia para enviar mensajes.


Después todo fue tomando velocidad: 93, 94, 95…. La molestia del meñique fue dando lugar al “síndrome del túnel carpiano”. El encanto de los e-mails y el novedoso chat, la web cam y las listas de discusión moderadas o desenfrenadas. El diskette de 3 ½ , el fax en casa y en la compu. Dejar grabando las clases de francés en la VHS mientras trabajaba.


96, 97, 98, 99… “en casa me da ocupado ¿estás conectada”. Todavía el sueño de la banda ancha o el cable modem tardaría en llegar. La impresora a chorro de tinta ya no hacía tanto ruido, los formularios continuos fueron quedando para que los chicos dibujaran o se entretuvieran sacando el troquelado. El teléfono ya tenía caller ID. Incorporábamos palabras en inglés en nuestro lenguaje cotidiano. Ya no teníamos direcciones o agendas sino address book con personas a quien ni conocíamos.


Todo cambiaba en forma asombrosa. Incluso el temido año 2000 con su Y2K pasó casi inadvertido. El celular nos independizó de los teléfonos públicos pero nos esclavizó a nuestro jefe y pasó de ser un mero instrumento para hacer llamadas, a ser un centro multimedial que saca fotos, graba videos, manda mensajes de texto cortos y correos electrónicos; ¿hablar por teléfono? ah! sí, también para eso servía.


El walkman, el diskman, el mp3, el i pod. El video, el dvd y la notebook. Todo se achica en tamaño y se agranda en capacidad. Los programas de las computadoras son cada vez más amigables, tenemos escaners, cámaras digitales, retocadores de fotos para embellecernos, programas didácticos con formato tecnológico que nos enseñan a usar toda la tecnología.
Acá me detengo.


El viaje me lleva ahora al año 2008, un posgrado a distancia que me da la posibilidad de usar la tecnología y, a la vez, cuestionar su uso. Un posgrado admite no perder de vista que esta misma tecnología tanto incluye como excluye a amplios sectores de la población. Un espacio que permite detener -por un instante- el tiempo, recuperarlo, hacer presente la historia y pensar cómo influyeron en mi vida, en mis prácticas, en mis comprensiones y en el recorte narrativo que hago de mis experiencias.


Cavileos Provisorios


Uno de los desafíos más difíciles de este milenio, señala Morin, será el de modificar nuestro pensamiento de manera que haga frente a la creciente complejidad, la rapidez de los cambios y la imprevisibilidad que caracterizan nuestro mundo . El valor del conocimiento, se reconstruye en el marco de las nuevas sociedades y los modos en que éste es producido se reconfigura por el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. Es necesario, pues, realizar un ejercicio reflexivo donde podamos distinguir el verdadero sentido del uso de las tecnologías, donde podamos, a la vez, reconocer y revisar el valor de su uso y analizar qué formas están adoptando las NTIC en su relación con la construcción de conocimiento. Desde la escuela hasta la universidad, las tecnologías se utilizan como herramientas para mostrar, ilustrar y favorecer las comprensiones. En las prácticas escolares, los medios y materiales tecnológicos siempre fueron un soporte de ayuda al docente que fueron variando y sucediéndose en el tiempo de acuerdo a los cambios en el desarrollo tecnológico: tiza y pizarrón, láminas, videos, e mails, páginas web. Con cada nueva tecnología, renacen las esperanzas: facilitar la tarea, asegurar la comprensión y, junto a los grandes deseos, los debates referidos a la influencia de su empleo.


Las tecnologías poseen un doble carácter, son –a la vez- herramienta y entorno, algunos autores, advirtieron que “la influencia de las TIC sobre las condiciones y la organización de la vida cotidiana depende, entre otras cosas, de los usos sociales, y no sólo de las innovaciones técnicas” . Por esta razón, es fundamental reconocer que no son neutras, nos marcan límites concretos y no se las pueden separar de los fines con los que se las utiliza.
La formación de las nuevas generaciones no puede quedar al margen de la sociedad digital y, no se trata sólo de proporcionar acceso a las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) sino de formar y brindar las herramientas conceptuales para una utilización adecuada. La presencia de las Nuevas Tecnologías renueva la estructura profunda, así como los supuestos culturales de la escuela mediante procesos muy sutiles. Es, por tanto, fundamental desentrañar los discursos y las prácticas que rodean a la relación de las tecnologías con las organizaciones. Como bien afirma Serna “los maestros adquirimos una nueva responsabilidad con nuestros alumnos quienes requieren de un cuidadoso, claro y preciso acompañamiento en el descubrimiento de la riqueza e implicaciones que las NT ofrecen” . Sin lugar a duda debemos profundizar en la reflexión y el análisis de la integración de las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza. Para qué, cómo y dónde son preguntas claves. La importancia de las tecnologías no se encuentra en ellas mismas, sino en lo que somos capaces de realizar con ellas. Para que las TIC se conviertan en verdaderos elementos y recursos para el aprendizaje deben darse transformaciones en el acto educativo, ya que seguir haciendo las mismas cosas, con las mismas referencias y sólo con la diferencia de encontrarnos con tecnologías más potentes, solamente nos puede llevar amplificar nuestros errores. Las redes tecnológicas, señala Gros, sólo tienen sentido dentro de las redes sociales, si la escuela sigue siendo un elemento aislado nunca podrá incorporar tecnología . La inclusión de las Nuevas Tecnologías nos brinda la oportunidad y el desafío para pensar y desarrollar nuevos entornos de aprendizaje, preparar a los alumnos para una sociedad cambiante y brindarles las competencias tecnológicas para acortar la brecha digital de tipo social, cultural, generacional.



Birgin A. (2000) "La docencia como trabajo: la construcción de nuevas pautas de inclusión y exclusión" en: Gentili, P. y Gaudencio, F. (comp) "La ciudadanía negada. Políticas de exclusión en la educación y el trabajo", Ed. CLACSO, Buenos Aires
Castells, M. (1997). La revolución de la tecnología de la información. En M. Castells, La era de la Información: economía, sociedad y cultura. Vol 1 (pág. 590). Madrid: Alianza.
Castells, M. (1997). Prólogo: “La Red y Yo”. En M. Castells, La era de la Información: economía, sociedad y cultura. Vol 1 (pág. 590). Madrid: Alianza.
Castells, M. “La dimensión cultural de Internet”, http://www.uoc.edu/culturaxxi/esp/a rticles/castells0502/castells0502.html, 2002
FLACSO- Diploma Superior en Educación y Nuevas Tecnologías. (2008). Transformaciones y desafíos de la Educación. Sociedad de la Información - 01 .
FLACSO- Diploma Superior en Educación y Nuevas Tecnologías. (2008). Transformaciones y desafíos de la Educación. La escuela y los docentes en un mundo de cambios - 02.
Gros, B. (2004). De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que....cambie la escuela. Jornada Espiral, (pág. 9).
Levis, D. (2004): Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información "Modelo para armar” en Signo y Pensamiento nº 44, Bogotá
Morin, E. (2001). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Buenos Aires: Nueva Visión.
de Pablo Pons, J. (2008) Algunas reflexiones sobre las tecnologías digitales y su impacto social y educativo [01-03-2008] en Quaderns Digitals
Serna Alcántara, G “El Profesor como Formador de Usuarios”, http://contexto-educativo.com.ar/2003/2/nota-
05.htm

miércoles, 28 de mayo de 2008

¿Cómo enseñamos las nuevas tecnologías?

No dejen de ver este ilustrativo video. Que lo disfruten!






http://www.youtube.com/watch?v=93SgXeu-SeY

Educación y Nuevas Tecnologias: una reflexión posible

Tal vez uno de los fenómenos más relevantes del mundo contemporáneo es el inusitado valor que ha adquirido el saber, como condición indispensable para el desarrollo de los pueblos. Vivimos en una sociedad cuya base de producción son los datos, las imágenes, los símbolos, la ideología, los valores, la cultura, la ciencia y la tecnología. El bien más preciado nos es la infraestructura, las máquinas y los equipos, sino las capacidades de las personas para adquirir, crear, distribuir y aplicar creativa, responsable y críticamente (con sabiduría) los conocimientos, en un contexto donde el veloz ritmo de innovación científica y tecnológica los hace rápidamente obsoletos.
La dimensión educativa de las Nuevas Tecnologías presenta matices muy diversos y complejos. La Educación en Tecnología, que gracias a involucrar en la actividad escolar tanto los aspectos técnicos como los culturales de la tecnología en una deseable relación teórico-práctica, constituye una prometedora contribución a la democratización del conocimiento.
Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías transforman nuestra forma de vivir y, por supuesto, los escenarios de enseñanza y de aprendizaje. La mirada de una Educación en Tecnología designa un espacio complejo para pensar los fenómenos educativos contemporáneos, caracterizados por las aceleradas transformaciones tecnológicas, sociales y culturales que han tenido impacto en los procesos educativos y en los su jetos de la educación en los últimos años. Ahora bien, ¿en qué medida nos impactan estas transformaciones? ¿A qué transformaciones, concretamente, nos estamos refiriendo? ¿En qué esferas de nuestras vidas impactan? ¿Inciden directamente en los procesos educativos?, seguramente esta asignatura despertará interrogantes como estos e invitará a generar nuevas preguntas.
Hoy en día afirmar que las nuevas tecnologías ejercen una poderosa influencia sobre los ciudadanos, que poseen un importante potencial pedagógico que debe ser utilizado en los procesos de enseñanza y que, por consiguiente, los mismos deben ser objeto de estudio desde los ámbitos educativos y curriculares, es algo que ningún profesional educativo negará. Por el contrario, lo que sí puede y debe ser discutido son las formas, los fines, enfoques y procesos de incorporación de dichas tecnologías a la realidad escolar.
Los profesionales de la docencia, y aquellos que se formen como futuros docentes, tenemos el compromiso de enriquecer los procesos de enseñanza y de aprendizaje en el nuevo contexto, haciendo uso de los recursos de última generación. En nuestro rol de educadores debemos profundizar en la reflexión y el análisis sobre las formas en que podemos crear deliberadamente experiencias y oportunidades de aprendizaje, incorporar el nuevo contexto tecnológico de manera crítica y genuina, y concebir a la comunidad educativa fundada en base a decisiones sociales, económicas, políticas y culturales –no neutras- en un entorno histórico.